Resucita tu viejo PC con GNU/Linux
Digamos que tienes por ahí un viejo PC al que te gustaría
sacarle partido, volver a ponerlo en funcionamiento. O digamos que tienes por
ahí un viejo PC que sigue con Windows XP instalado, y como no es buena idea eso
de andar por Internet con un colador de malware en potencia que se quedó sin
soporte hace casi dos años, estás considerando la posibilidad de actualizarlo
con algo más moderno. Pero, claro, esa carraca no puede con las nuevas
versiones de Windows… como tampoco podría con las mejores distribuciones y
entornos de escritorio de GNU/Linux. Sin embargo, el ecosistema de GNU/Linux en
particular y Linux en general es mucho, mucho más amplio, y existen
alternativas para cubrir prácticamente cualquier necesidad.
En este artículo repasaremos alguna de esas
alternativas, varias distribuciones Linux con las que revivir tu viejo PC.Con 1 GB de RAM o menos
El primer escalón lo podrían ocupar distribuciones muy
diferentes, pero en lo que se refiere al entorno de escritorio, que es lo que
va a determinar la experiencia de usuario, el cerco se reduce considerablemente.
Dependiendo de la distribución, por ejemplo, la diferencia de consumo entre dos
entornos ligeros no es demasiada, si bien con los recursos justos cada mega
cuenta y la respuesta obvia ahora mismo es LXDE (Lightweight X11 Desktop Environment).
Hasta nueva orden, LXDE es el entorno de escritorio clave si lo que se desea es
lo más liviano y accesible.
Por lo tanto, Lubuntu es la elección adecuada para
comenzar. Lubuntu es una derivada oficial de Ubuntu que utiliza LXDE y además
de buen rendimiento y un paradigma de escritorio clásico, ofrece todas las
facilidades que han hecho de Ubuntu la distribución de usuario final más
popular de GNU/Linux. Con más de 1 GB de RAM la disfrutarás, con 1 GB de RAM o
menos la soportarás y con menos de 512 MB de RAM la sufrirás; y no solo eso:
con 512 MB de RAM ni siquiera podrás instalarla en modo gráfico. La última
versión recomendada es Lubuntu
14.04.4 LTS, lanzada en febrero como actualización de mantenimiento de la
última versión con soporte extendido de Ubuntu. Recibirá actualizaciones de
seguridad hasta 2019. En poco más de un mes, sin embargo, se lanzará la nueva
Ubuntu 16.04 LTS.
Alternativa: como he mencionado más arriba, en
este apéndice cabrían varias opciones. Por ejemplo,Debian
LXDE, que en un principio puede parecer un reemplazo irrelevante dado que
el entorno es lo importante, cuando no es así del todo: la implementación es
muy distinta según la distribución, y mientras que Ubuntu se enfoca en
facilitar la mejor compatibilidad y funcionalidad posible, Debian es más
espartana y, por extensión, más ligera de primeras.
1 GB / 512 MB de RAM
Cambiando de entorno pero no de cimientos, Bodhi
Linux, derivada de no oficial de Ubuntu, es una opción de lo más
interesante. Su mayor fortaleza es también su mayor tacha, si se puede
denominar así al hecho de que su escritorio, una bifurcación de Enlightenment
llamada Moksha Desktop, no es apto para todos los públicos. Moksha Desktop o el
propio Enlightenment son únicos en su especie y destacan por un
rendimiento visual -efectos y composición- excepcional incluso en los equipos
más humildes. El “problema” es su diseño, y ni con tantas palabras como llevo
podría explicarlo correctamente, por lo que el consejo es probarlo. No
obstante, hay que señalar que Bodhi Linux retoca Moksha Desktop para suavizar
el impacto, de manera que por defecto la experiencia es asumible.
En cuanto a requisitos, los recomendados contemplan CPU a 1
GHz y 512 MB de RAM, los mínimos CPU a 500 MHz y 128 MB de RAM; aparte de 10 y
4 GB de espacio en disco respectivamente. No hagas caso y toma los requisitos
recomendados como mínimos. Para no sufrir y tal. Con todo, al descargar Bodhi
Linux verás tres versiones: para 32 y 64 bits y una Legacy solo para 32-bit e
indicada para hardware obsoleto.
Alternativa: de seguir existiendo CrunchBang los papeles se
habrían intercambiado y Bodhi Linux sería la alternativa. CrunchBang era un
sistema minimalista de deliciosa factura, basado en Debian y con una potente
comunidad que no tardó el tomar el relevo, pese que aún están en ello. Sin ir
más lejos, hasta tres iniciativas recogieron los pedazos, siendo BunsenLabs
la que ha mantenido con mayor entereza el espíritu del original. BunsenLabs se deja
de entornos de escritorio y se centra en optimizar el gestor de ventanas
Openbox -también utilizado por LXDE- y el panel tint2. A la espera de que
lancen su primera versión estable, está disponible la previa como medio de
instalación y como repositorio adicional para Debian.
512 / 256 MB de RAM
Un escalón por debajo de las anteriores está Puppy
Linux. Es todo un clásico de la distros ligeras, aunque su principal
propósito no es la instalación en disco, sino llevarlo de paseo en un lápiz
USB, bien comosistema portátil, bien como herramienta de rescate. Este es un
denominador común de las distribuciones que siguen, así como la particularidad
de olvidar los entornos de escritorio completos y optar por los gestores de
ventanas. En su caso, Puppy Linux utiliza JWM (Joe’s Window Manager) y Openbox
según la edición, y sí, pesa tan poco como un cachorrito y arranca como un
rayo.
¿Requisitos? Depende. En la pagina del proyecto comentan que
“hay gente que ha ejecutado Puppy con éxito en una CPU a 333 MHz y 64 MB de
RAM. Sin embargo, 256 MB de RAM y una swap [Ndr: una pequeña
partición o archivo que hace las veces de memoria virtual] de 512 MB es
más realista“. Doblar las cantidades sería todavía más realista, añadiría yo,
pero todo es cuestión de probar. La edición recomendada de Puppy Linux se llama
Slacko, está basada en la veterana Slackware y guarda plena compatibilidad con
esta; está disponible para 32 y 64 bits y cabe en un USB de 256 MB.
Alternativa: de nuevo podrían haber varias
candidatas, pero me quedo con 4MLinux, otra
digna representante de JWM. Mantiene un desarrollo activo y su enfoque es
interesante: las cuatro emes se traducen en mantenimiento, multimedia,
miniservidor y misterio, que viene a significar juegos; y carga con
herramientas para hacer frente a todas esas labores. Aun así, una advertencia,
y es que una vez instalada puede moverse con apenas -y repito: mejor doblar la
cantidad- 128 MB de RAM, mientras que en modo vivo (CD, DVD, USB) pide 1 GB.
256 / 128 MB de RAM
Bajamos hasta el final de la escalera, esto es, Pentium II (233 MHz – 450 MHz) y 128 MB de RAM o menos. ¿Cuánto menos? Tiny Core Linux puede funcionar con 48 MB de RAM, pero tal y como supones, eso equivale a sufrir; de ahí en adelante cambia el asunto y con 64 MB ya se nota un rendimiento que sorprende, aunque como es obvio dependerá de diversos factores. Tiny Core Linux utiliza FLTK/FLWM (Fast, Light Toolkit), se distribuye en versiones para 32 y 64 bits y su imagen ISO ocupa 16 MB. En efecto, esta distro hace honor a su nombre y se presenta ante el usuario pelada, con el sistema gráfico más exiguo que te puedas imaginar y si quieres aplicaciones gráficas tendrás que instalarlas a posteriori, incluido el navegador web.
El por qué elijo destacar esta distro y no otra es debido al equilibrio que han logrado sus desarrolladores en cuanto a aspecto visual, rendimiento, características y accesibilidad; hacer tanto con tan poco tiene mérito. Ahora bien, si quieres hacerte tú con Tiny Core Linux te recomiendo, además de probar, echarle un vistazo a la documentación que encontrarás en el sitio oficial; la vas a necesitar.
Alternativa: ninguna. O sea, alguien podría argumentar que alguna de las anteriores es una alternativa; o podría mencionar otras distribuciones ligeras como SliTaz o Nanolinux, esta última basada en Tiny Core; y por supuesto no conozco todas la distribuciones del panorama… Así que mejor probar, que es gratis. Mis recomendaciones son estas y el apartado de comentarios está abierto a todo el mundo.
Sin embargo…
Como te habrás fijado, a medida que descienden los requisitos las interfaces se afean y complican, pero es normal: se sacrifica estética y accesibilidad por rendimiento. El tema es, ¿merece la pena? Es decir, un Pentium II es un cacharro… Estamos en 2016… No te maltrates de esa manera. No tiene nada que ver con la obsolescencia programada, sino con el hecho de los Pentium II cumplirán 20 primaveras el año que viene y ha llovido mucho desde entonces.
Sea como fuere, si tienes la intención de resucitar o reactivar un viejo PC y ahorrar cuantos más recursos mejor, a todo lo dicho debes sumarle otras consideraciones. Por ejemplo, ninguna distribución Linux ofrece el mismo rendimiento o pide los mismos requisitos si está instalada o corre en modo vivo y se ejecuta en memoria, como por otro lado es evidente; no todas las antiguallas tiene soporte para realizar una instalación mediante USB; no todas las distribuciones tienen soporte del modo vivo, o al revés, se pueden instalar por la vía ordinaria, a través de un instalador de sistema visual; y casi todas las distros que se sirven en versión de 32-bit incluyen el kernel PAE, por lo que si tu máquina de procesador va corta pero de RAM supera los 4 GB, la aprovecharás.
Algo primordial a tener en cuenta, y he sido conservador en exceso en el baremo de ‘requisitos vs rendimiento’ precisamente por eso, es el navegador web a utilizar. Porque no importa que al iniciar sesión el sistema esté consumiendo 80 o 100 MB de RAM; la fiesta empieza al abrir aplicaciones y el navegador web es la estrella. ¿Qué más da que -una vez instalada- Lubuntu se conforme con 256 MB de RAM si la navegación es un desastre? Y no te lo pienses ni un segundo: Firefox.
Pero tampoco te engañes: una cosa es “resucitar” un PC y otra poder disfrutarlo. Siendo generoso, con menos de 512 MB de RAM no vas a disfrutar de nada. Claro que navegar por Internet o utilizar intensivamente aplicaciones gráficas pesadas no tiene por qué ser el empeño detrás de la jugada.
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